El primero siendo el respeto, se traspasa al alumnado mediante la formación inicial de cada profesora o profesor para que sigan tod@s una misma línea de trabajo y se establezcan los mismos límites para todo el mundo. No es necesario ser amigo de todo el mundo pero sí es imprescindible respetarse entre sí para que la escuela sea un lugar donde todo el mundo se sienta seguro y cómodo. El modelo educativo de Global Movement se caracteriza por su constante voluntad de evolución y crecimiento, no solo de sus alumnas sino de todo el equipo de la escuela.

El segundo valor que nos representa y que promovemos desde las edades más tempranas, es la autonomía. Poco a poco vamos dando pequeñas responsabilidades a tod@s nuestr@s alumn@s, para que sientan que controlan su propio crecimiento y desarrollo, en este caso, en el ámbito de la expresión corporal, pero a sabiendas de que es extrapolable a la vida misma, fuera del baile.

El tercer valor es la esencia del trabajo de l@s profesor@s de Global Movement. Cada niñ@ o adolescente que integre la escuela debe salir de esta con una autoestima mejor de la que tenía al entrar. Al dar las clases, guiamos a tod@s para que encuentren esa seguridad en si mism@s y esa confianza que tantas veces nos impide lograr nuestros objetivos. Sentirse segur@ encima de un escenario o incluso delante de un espejo, en frente de personas, es un nivel muy alto de aceptación de un@ mism@ ya que no es sencillo -y menos durante la adolescencia- verse a un@ mism@ moviéndose, intentando tener harmonía en el movimiento, en “público”; Por lo tanto, cuando se consigue esto, se allana automáticamente el camino para conseguir esa misma seguridad, en la vida fuera de la escuela de baile.